Aquí pensamos como cierta señora,
que viendo llorar a una su parienta porque no podía mantener a su hijo en un
colegio.
Calla, tonta
-le decía-; mi hijo no ha estado en ningún colegio, y a Dios gracias bien gordo
se cría y bien robusto.
Y para
confirmación de esto mismo, un diálogo quiero referirte que con cuatro batuecos
de éstos tuve no ha mucho, en que todos vinieron a contestarme en sustancia una
misma cosa, concluyendo cada uno a su tono y como quiera:
-La parda es la que yo necesito -me interrumpió
el más desembarazado, con aire zumbón y de chulo, fruta del país-: lo mismo es
decir las cosas de un modo que de otro.
Bendito sea
Dios, Andrés, bendito sea Dios, que se ha servido con su alta misericordia
aclararnos un poco las ideas en este particular. De estas poderosas razones
trae su origen el no estudiar, del no estudiar nace el no saber, y del no saber
es secuela indispensable ese hastío y ese tedio que a los libros tenemos, que
tanto redunda en honra y provecho, y sobre todo en descanso de la patria.
Mariano José de Larra, El pobrecito hablador.
- Resume el texto.
- Identifica el tema.
- Divide el texto en partes y explica cada una de ellas.
- Indica a qué género y subgénero literario pertenece el texto explicando sus características relacionándolas con la época a la que pertenece.
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